La deficiencia auditiva o hipoacusia se refiere a la existencia de una pérdida discapacitante en la audición. Se calcula que el 6.18% de la población en Latinoamérica tienen algún grado de pérdida de la audición discapacitante y, de ellos, 7% (34 millones) son niños. Se estima que el 60% de los casos de pérdida de la audición en niños se debe a causas que pueden prevenirse.
En México, la causa más común de discapacidad auditiva en el recién nacido es de causa congénita. El tamiz auditivo neonatal es una prueba sencilla, efectiva y no dolorosa, capaz de detectar tempranamente algún problema auditivo y consiste en la evaluación de los sonidos generados en el oído interno por las células encargadas del proceso de la audición.
El médico Audiólogo puede realizar el tamiz auditivo ya que las consecuencias de una detección tardía en los niños con pérdida de audición pueden ser múltiples, desde retraso en el desarrollo del lenguaje, aislamiento social, bajo rendimiento escolar, además de diversos problemas psicológicos.
Médicos
Para el año 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 6.12% de la población mundial tienen pérdida de la audición discapacitante y, de ellos, 7% (34 millones) es población pediátrica. Sesenta por ciento de los casos de pérdida de la audición en niños se debe a causas que pueden prevenirse. En México, la causa más común de discapacidad auditiva neurosensorial en el neonato es de etiología congénita y afecta de uno a tres por cada 1,000 niños.
El tamiz auditivo neonatal es una prueba sencilla, efectiva y no dolorosa, capaz de detectar tempranamente el problema y consiste en la evaluación de emisiones otoacústicas; es decir, sonidos generados en el oído interno por las células ciliadas externas, que son captados por un micrófono en el conducto auditivo externo, sin embargo, no define ni cuantifica el grado de afectación. Este tamiz auditivo debe realizarse de preferencia por el médico Audiólogo antes del primer mes de vida. Aquellos resultados sin respuesta en el tamiz auditivo deberán ser evaluados por el audiólogo para realizar otras pruebas complementarias como los potenciales evocados auditivos de tallo cerebral (PEATC), de preferencia, antes de los tres meses de edad para que haya oportunidad de un diagnóstico y tratamiento antes de los seis meses de vida. Las repercusiones de una detección tardía en los niños con pérdida de audición pueden ser múltiples, desde retraso en el desarrollo del lenguaje, aislamiento social, bajo rendimiento escolar, además de problemas psicológicos.
Fuente: Georgina Zavala-Vargas. Hipoacusia neonatal. La magnitud de un problema que aún no es escuchado. Rev Mex Pediatr 2018; 85(4); 117-118. https://www.medigraphic.com/pdfs/pediat/sp-2018/sp184a.pdf